El género de horror suele reflejar los miedos de la actualidad o distintos temas sociales. Pero esta vez llega una película que no pertenece al género, aunque te lo aseguro: es la más aterradora del año por lo posible que se siente.
“A House of Dynamite”, dirigida por la aclamada Kathryn Bigelow, comienza cuando un misil no identificado es lanzado hacia Estados Unidos. Desde ese momento, comienza una carrera para descubrir quién es responsable y cómo responder, entrelazando las perspectivas del ejército, la Casa Blanca y el Presidente en medio de una crisis existencial global.
Con una duración de dos horas, la película se divide en tres partes que reviven el mismo suceso desde distintos puntos de vista: el ejecutivo y el militar. Cada segmento revela más detalles sobre las personas involucradas —algunas apenas mencionadas o escuchadas por teléfono— mostrando cómo cada una enfrenta el mismo evento y el peso de sus decisiones.
La primera parte es, sin duda, la más intensa. Es el momento en que el caos estalla, cuando los personajes están más vulnerables y con menos poder político. Hubo varias escenas en las que literalmente me quedé pegado al asiento pensando: “¿Y si esto pasara aquí?”
El elenco es impresionante: Idris Elba, Rebecca Ferguson, Gabriel Basso, Jared Harris, Tracy Letts, Anthony Ramos, Greta Lee y Kaitlyn Dever, entre muchos otros. Aunque algunos tienen participaciones breves, Ferguson y Letts logran dejar una huella más fuerte.
A House of Dynamite es una película que no esperaba mucho de ella, pero salí con el pecho apretado por la tensión y la sensación de realismo. Aunque la situación parezca exagerada, también se siente inquietantemente posible. Y eso, precisamente, es lo que la convierte en la película más terrorífica del año —sin ser una de horror.
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