Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba – Infinity Castle arrasó en la taquilla con un debut de $70 millones, estableciendo un nuevo récord como el mayor estreno de una película de anime en la historia. La cinta superó ampliamente la marca previa de $31 millones, establecida en 1999 por Pokémon: The First Movie – Mewtwo Strikes Back.
El filme, primera parte de una trilogía final para la saga, ya acumula más de $300 millones a nivel mundial, incluyendo más de $200 millones en Japón, donde se ha convertido en la tercera película más taquillera de todos los tiempos. En Estados Unidos, la producción distribuida por Crunchyroll también se benefició de formatos premium como IMAX, que elevaron su recaudación.
El éxito de Infinity Castle le dio a Sony su mayor apertura doméstica en dos años, superando a Bad Boys: Ride or Die ($56.5 millones). Además, revitalizó un septiembre que se esperaba flojo en cines, contribuyendo a un fin de semana con ingresos totales de $145 millones, un 50% más que el mismo periodo de 2024.
Otros estrenos incluyeron Downton Abbey: The Grand Finale ($18.1M), The Long Walk de Stephen King ($11.5M) y Spinal Tap II ($1.7M). Mientras tanto, The Conjuring: Last Rites cayó al segundo lugar con $26.1 millones en su segunda semana, alcanzando $131.1 millones en total.
Con este estreno histórico, Infinity Castle confirma el alcance global del anime en la gran pantalla y se perfila como uno de los grandes fenómenos cinematográficos de 2025.

