La tecnología de destrucción de Battlefield 6 ha sido uno de los aspectos más elogiados por los jugadores, y según sus desarrolladores, la decisión de abandonar las consolas de anterior generación —PlayStation 4 y Xbox One— fue fundamental para alcanzar ese nivel de detalle.
En una nueva entrevista con PC Gamer, el director técnico del juego, Christian Buhl, explicó que el verdadero “truco mágico” detrás del sistema de destrucción fue precisamente no tener que desarrollar el juego para hardware limitado. “Quizás el único truco fue que ya no estamos en PS4 o Xbox One”, comentó Buhl, señalando que el salto permitió aprovechar mejor la memoria y la velocidad del CPU, sin las restricciones de optimización que imponían las consolas anteriores.
Aun así, el proceso no fue sencillo. El equipo de DICE realizó innumerables pruebas e iteraciones para perfeccionar el sistema de destrucción táctica, una evolución inspirada en la experiencia más íntima y controlada de Bad Company 2. El motor Frostbite, diseñado desde sus inicios para Battlefield, fue nuevamente el pilar central que permitió que los escenarios reaccionen de forma realista y dinámica a cada explosión o colapso estructural.
Buhl concluyó señalando que no hubo una “bala mágica” que resolviera todo: “Fue mucho trabajo, mucha prueba y error, y un sinfín de iteraciones.” El resultado, sin embargo, parece haber valido la pena: Battlefield 6 promete ofrecer una experiencia de destrucción sin precedentes, posible solo gracias al salto a la nueva generación.