Michael Madsen, el actor estadounidense conocido por sus icónicos papeles de tipo duro en las películas de Quentin Tarantino, falleció a los 67 años a causa de un paro cardíaco, según confirmó su representante, Ron Smith.
Con una carrera que abarcó más de cuatro décadas, Madsen dejó huella en el cine con interpretaciones intensas y memorables. Fue Mr. Blonde en Reservoir Dogs, el despiadado ladrón con una sonrisa perturbadora, y Budd en Kill Bill: Vol. 2, el hermano del villano principal que escondía más profundidad de la que aparentaba.
Madsen acumuló decenas de créditos en cine y televisión, pero fue su colaboración con Tarantino lo que lo consolidó como una figura icónica del cine independiente y de culto.
Su legado vivirá en cada escena donde su mirada decía más que mil palabras. Descanse en paz, Michael Madsen.