La Iglesia Católica entra oficialmente a la era gamer. El recién nombrado Papa Leo XIV, nacido en Chicago y el primer pontífice estadounidense, también se ha convertido en el primer Papa gamer confirmado.
Durante una entrevista con NBC5 Chicago, John Prevost, hermano del Papa, reveló que justo antes de viajar al cónclave donde fue elegido, ambos compartieron una sesión casual de videojuegos:
“Primero jugamos Wordle, porque es una tradición. Luego jugamos Words with Friends. Es algo que lo desconecta del mundo real por un rato.”
Aunque se trata de juegos casuales, la noticia marca un giro cultural: Leo XIV es parte de la generación Baby Boomer, y tiene una relación mucho más cercana con la tecnología y el gaming que sus predecesores. Tenía solo 20 años cuando Pong se popularizó en los hogares, y forma parte del 44% de hombres de su generación que juegan videojuegos de forma regular.
En el pasado, la postura del Vaticano hacia los videojuegos ha sido mixta. Desde advertencias de Pope Francis sobre el exceso de tiempo frente a pantallas, hasta críticas de Benedicto XVI a juegos violentos. Sin embargo, Juan Pablo II elogió Pokémon en el 2000 por sus valores de amistad y creatividad.
Leo XIV podría representar una visión más abierta y culturalmente integrada con los videojuegos. Y aunque aún no sabemos si se animará a un speedrun de Undertale (regalo que recibió el Papa Francisco en 2016), sí podemos decir que el gaming llegó oficialmente al Vaticano.