Una experiencia aterradora marcó el cumpleaños de Fiamma Villaverde, una mujer de 29 años en Argentina, quien sufrió un accidente real al estilo Final Destination. Mientras veía la película Bloodlines en un cine de La Plata junto a su hija de 11 años y una amiga, una parte del techo del cine colapsó y cayó sobre ella.
“Primero escuchamos un ruido muy fuerte, pensamos que era parte de la película… hasta que un pedazo enorme cayó sobre mí”, relató Villaverde.
Por suerte, su cabeza no fue impactada directamente ya que estaba inclinada sobre el apoyabrazos, pero sufrió golpes y moretones, especialmente en la rodilla. Luego del incidente, corrió hacia la boletería a pedir el reembolso y atención médica.
“La gerente me preguntó cómo quería resolver esto y yo le dije: ‘¡Voy a presentar una denuncia! ¿Te imaginas si eso le hubiera caído a mi hija en la cabeza?’”, comentó.
Aunque le ofrecieron cubrir los gastos médicos, decidió ir por su cuenta al hospital más cercano, donde le diagnosticaron trauma por impacto, y ahora también necesita hacerse placas en la espalda.
Más allá de las heridas físicas, Villaverde confesó que ahora sufre de ataques de pánico, ansiedad y no ha podido trabajar desde el accidente. “Es difícil estar en lugares con mucha gente. Fui al cine porque era mi cumpleaños… y mirá lo que pasó.”
Este caso reabre la conversación sobre la responsabilidad y seguridad en espacios públicos, especialmente en lugares como cines donde cientos de personas asisten diariamente.