El expresidente Donald Trump anunció que ordenó al Departamento de Comercio y al Representante de Comercio de Estados Unidos comenzar el proceso para imponer una tarifa del 100% a todas las películas importadas que hayan sido producidas fuera de Estados Unidos.
Según Trump, la industria del cine en Estados Unidos está “muriendo rápidamente” porque otros países están ofreciendo incentivos que están atrayendo producciones fuera del país. Calificó esto como una “amenaza a la seguridad nacional”.
En su red Truth Social escribió:
“Queremos que las películas se hagan en América, otra vez.”
Trump criticó a estudios que filman en el extranjero, como Marvel (filmando Avengers: Doomsday en el Reino Unido) y Warner Bros. (con Dune: Messiah filmándose en Hungría). También apuntó que incluso Netflix produce gran parte de su contenido fuera de Estados Unidos.
La propuesta ya ha generado alarma entre ejecutivos y sindicatos de Hollywood, que temen represalias de otros países. China, por ejemplo, ya ha reducido la importación de películas estadounidenses como respuesta a otros aranceles.
Expertos como el economista Justin Wolfers han criticado fuertemente la idea, señalando que el comercio competitivo no debe considerarse una amenaza, sino una realidad del mercado global.
Aunque Trump no dio detalles sobre cómo se implementaría esta medida, su propuesta podría cambiar radicalmente el flujo de producción y distribución en la industria global del entretenimiento.